Lo que nunca pensé escribir….

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En Memoria de mi hijo Federico Moreno T. Duele… si duele, escribir sobre un ser al que se ama infinitamente y al que no tendré la posibilidad de volver a ver en forma física. Me duele cuando recorro el pasado y visito el futuro…el terreno de las ilusiones. No es fácil despedir para siempre a un hijo, seguramente por ello la vida me ha llevado por situaciones difíciles, me ha entrenado para superar este momento “que también pasara”.

Federico… mi gran maestro. He tenido maestros de todos los matices incluido los crueles y también los amorosos. Federico fue el maestro que me preparo para vivir en este plano físico, el abrió el camino que me llevo a entender que esta vida no es lo que percibimos, que hay algo fundamental y esencial que no debemos buscar porque está ahí con nosotros y en nosotros… Federico, esa persona especial y diferente, alguien con capacidad y sensibilidad suficiente como para saber qué vino a ser y hacer en este plano terrenal y no desperdicio oportunidad para ensenar y ser ejemplo desde su luz y su sombra.

Nunca le preocupo ser aclamado gran maestro de su pasión, La Música… y LO FUE. Estudio música desde sus primeros añitos… practicaba y practicaba por muchas horas cada día siempre fundido a su instrumento preferido y a su lado un cuaderno con líneas especiales para plasmar cada nota que su Guitarra le dictaba. Vivió en varios países a donde llego a estudiar y a VIVIR! En todos ellos dejo grandes amigos, admiradores y amores… Se daba “vacaciones” para enamorarse aunque su gran amor seguirá siendo Mina Helei, la amo cada momento de cada día, hasta el último día.

Nos ha dejado como herencia su obra musical algunas en CDs y videos y mucha obra en cuadernos, obras completas de lo que es la vida en la tierra y que el llamo “fantasía”.

Cuando Federico nació fui infinitamente feliz, pasaron los años y ese ser diminuto creció, se hizo hombre además físicamente bello, en ese crecer también crecí yo como persona, recuerdo que en mi adolescencia leí un libro titulado “Así se templo el acero” esta novela y su título representa lo que ha hecho Federico por mí. Él me ha ayudado a saber que estamos aquí para lograr la verdadera liberación y ello no es fácil ni para débiles, es la vía para ir en re-torno al lugar de donde vinimos dejando atrás a todos con sus creencias y sus percepciones.

Hasta dos semanas atrás su comunicación conmigo era bien peculiar, de pronto lo sentía a mi lado con sus grandes bocanadas de humo como buen fumador, estuviere él donde estuviere yo sabía que era el momento de llamarle pudiese ser que quisiera hablar con su mama y le llamaba…, pocas veces contestaba y por supuesto el mensaje que encontraría al revisar llamadas, seria “te amo” nada más y simplemente. Unos años atrás note que al hablarle por teléfono él contestaba con monosílabos, entonces le dije que tenía la libertad de decirme si le apetecía hablarme o no, que yo entendería su respuesta pues no hay nada peor que una madre intensa. Desde ese día, nuestras “charlas telefónicas” fueron algunas largas la mayoría muy cortas, tan cortas como oír el timbre del teléfono, contestar y escuchar del otro lado una voz decir “madre te amo inmensamente, bye”. Cuando se peleaba conmigo o salía de “casillas” luego me llamaba y decía “Perdóname madre, te amo, te amo inmensamente”.

Federico ese ser amado por tantos y tantos, no fue querido por algunos… precisamente por esos que veían en él aquello que detestan en sí mismos o lo que nunca se atreverán a ser… ellos mismos. El pasaba ratos muchos ratos escuchando el silencio, entendía lo que le decía el silencio… sabia muchas cosas, me impresionaba todo lo que sabía, yo me permitía que me contara y explicara, siempre lo vi como un ser que no era de este planeta, alguien que no es de aquí en un cuerpo de aquí….fue así como en el 2013 me dijo que en menos de 3 años partiría para siempre… él lo sabía, se iría a los 33.

En ese momento pensé llevarle “la cuerda” con las promesas que me hacía hacerle para el momento de su partida, efectivamente se fue… y todo lo hice tal como se lo prometí inclusive no estar triste… algo muy difícil a ratos pues los padres se van primero, no es biológico lo contrario, aquí en la tierra, en este plano… pero no en el caso de un ser como él que siempre me recuerda la “Canción del Elegido” un ser de la nada.

Ahora él volvió a la nada y está conmigo y aquí en todo… en el vuelo un pájaro, en las olas que vienen y van, en el aroma de las rosas blancas, en el aire que respiro, en la luz que ilumina y la sombra que no falta, en los rayos de Helio, La constelación de Orión, en todos los planetas, en el viento y sus mensajes,  en cada canción que escribió y las cuerdas de su guitarra, la música clásica y el jazz. Federico está en todas partes y en ninguna… Federico re-torno a la nada…. te amo inmensamente, sé que lo sabes. 1982-2015.

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