Muchas personas a primera vista parecen petulantes o engreídas, para mí estas personas son simplemente tímidas. De donde viene esto? Muchas de estas personas temen equivocarse, temen lo que puedan parecer ante otros, temen desilusionar. Y es que Todos nosotros los humanos tenemos miedo a ser vulnerables, queremos ser perfectos y que nadie pueda encontrar nuestros errores.

La gran mayoría de los individuos por no decir todos, tienen miedo a desilusionar, esto es tan cierto que el miedo más grande es a hablar en público, hablar ante otros, sencillamente porque si cometieran un error no sabrían a dónde meterse porque a pesar de desearlo con todas las fuerzas seria bien difícil que la “tierra se los tragase”

La desilusión va de la mano con el fracaso.  Fracasar ocasiona desilusión… desilusión con nosotros mismos por no lograr lo que deseamos con todas las fuerzas, lo que creemos necesitamos, lo que nos propusimos, lo que soñamos, etc. Desilusionarse por un fracaso ocasiona ira intensa, también profundo dolor. La gran mayoría de las veces se culpa a otras personas por el fracaso, en medio de la desilusión se echa mano de algo a manera de excusa por lo ocurrido. Y esto no sirve de nada…

Mientras estemos transitando la existencia habrá muchas circunstancias por las que consigamos desilusión entonces resulta bien oportuno estar preparado para desilusionarse! Si así mismo, prepararse! Esto es aceptar que se es vulnerable lo cual es algo maravilloso, no es el dragón de siete cabezas! Es la llave que lleva al individuo a lograr fortaleza.

Cada fracaso conlleva aprendizaje y cada desilusión conlleva fortaleza. Se aprende a dejar la impaciencia, la duda y el miedo a un lado al tiempo que se recoge y se pega cada pedazo de esa personalidad accidentada que ha ido y regresado del infierno para darse cuenta que al final desilusionarse por ser vulnerable y cometer errores no es grave, lo grave es quedarse en la desilusión sin intentarlo otra vez! Me gusta una frase que leí en un libro “El tamaño de tu éxito se mide por la fortaleza de tu deseo, el tamaño de tu sueño y cómo manejaste la desilusión en el camino”

Mi invitación es, aceptar que se es vulnerable; tener paciencia consigo mismo; tener madurez emocional para observar lo que esté ocurriendo sin juzgar y, continuar el proyecto o proyectos que se estén haciendo un paso a la vez.